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J
usto al llegar a la feria,
empezó a mirar todo lo que
veía alrededor. Encontrar un
tractor adecuado no es cosa fácil
y él necesitaba algo realmente
especial: debía disponer de toda
clase de accesorios y debería
poder subir y bajar colinas con
facilidad y a través de los árboles.
Hasta que en un momento dado,
Nani oyó una voz a su espalda:
“Puedo ayudarte?”
Al girarse se encontró de frente a un vendedor dispuesto a proponerle
un buen negocio …
Para su sorpresa, descubrió que quien le hablaba era un tractor!
Un tractor que parecía muy eficiente y con un aspecto realmente
simpático!
“Mucho gusto en conocerte, me
llamo Tony Tigre!”, dice el tractor.
“Estoy asombrado, no sabía que
los tractores pudiesen hablar!”,
dice Nani.
“Si ahora te asombras, ya me dirás
cuando me veas en pleno trabajo!”,
responde Tony pavoneándose.
Nani no dudó en comprar de
inmediato el Tony Tigre (así llamado por estar dotado de cuatro
ruedas motrices capaces de agarrarse al terreno en pendiente como
las zarpas del felino salvaje).
Así pues, lo cargó en su camión y llevó esta preciosa carga a su
finca, donde Mami Mary y los niños habían preparado un caluroso
recibimiento para los dos.
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T
ony Tigre era feliz como
nunca lo había sido antes,
entusiasmado por haber
entrado a formar parte
de aquella magnífica familia.
Tan emocionado estaba que, la
primera noche de dormir en la
finca de Nani no pudo pegar ojo.
La llegada de Tony Tigre a la finca
fue toda una bendición!
Los campos quedaban arados y
cultivados como por arte de magia.
Por primera vez desde hacía años,
la viña y los frutales estaban limpios y
podados de forma que producían uvas y melocotones deliciosos. Y
Nani ganó mucho dinero al venderlos en el mercado.
Los bosques que rodeaban la finca quedaron limpios volviendo a su
antiguo esplendor.
También las vacas, alimentadas con heno fresco, daban una cantidad
de leche superior a las mejores expectativas (y se las veía contentas
cuando pasaba por allí nuestro simpático tractor, tal que parecía que
se habían enamorado de él!).